Ruinas De San Ignacio Y Minas De Wanda

En las primeras horas de la mañana, lo recogeremos en su hotel de Puerto Iguazú para dirigirnos a San Ignacio, situado a unos 230 km. En medio de la densa selva misionera, se erige el imponente relieve de las ruinas de la Reducción de San Ignacio, vestigios de una sociedad diseñada por jesuitas y construida por manos Guaraníes, que destacó por su eficacia hace casi 400 años y, por ello, tuvo que desaparecer. La fachada de su templo, construida íntegramente con arenisca rosada en 1610, fue diseñada en estilo barroco americano y restaurada por un equipo de científicos el siglo pasado, ya que la reducción había permanecido oculta bajo la selva durante casi doscientos años.

Cada año, miles de turistas visitan este sitio, ubicado en el corazón de San Ignacio, por la ruta número 12, a 60 kilómetros de Posadas. La pared derecha del templo resplandece actualmente, gracias a que un grupo de especialistas la restauró durante el verano. Esto fue posible gracias a una donación de 50,000 dólares de la World Monuments Foundation, destinada a limpiar y restaurar paulatinamente las paredes de este monumento, que por el clima tropical de la región, tiende a cubrirse de pequeños microorganismos que lo deterioran.

Después de explorar la rica cultura y el patrimonio de las Ruinas de San Ignacio, nos encaminaremos hacia las Minas de Wanda, establecidas por colonos polacos en 1936.

El nombre Wanda proviene de una princesa polaca aficionada a las gemas. Así se bautizó al pueblo que hoy se alza a orillas del río Paraná, donde se encuentra el cartel de bienvenida y numerosos artesanos que ofrecen diversas piedras. Una de las particularidades de esta mina es que está al aire libre, permitiendo a los visitantes caminar, explorar sus cuevas e incluso observar el momento exacto en que los operarios realizan algunas de las explosiones para continuar perforando el basalto.

Antes de regresar, visitaremos una Yerbera local. Allí podrá recorrer las instalaciones y degustar infusiones típicas. Al finalizar el recorrido, dispondrá de unos minutos libres para, si lo desea, adquirir recuerdos y dulces regionales.

Finalmente, tras descubrir los tesoros ocultos de la Selva Misionera, será trasladado de regreso a su hotel en Puerto Iguazú al concluir el día.